La Ley de Violencia contra la Mujer (VAWA) permite a ciertas personas que no son ciudadanas que se encuentran en situaciones de abuso, solicitar sin la ayuda del cónyuge o padre abusivo, la residencia permanente legal.
VAWA ofrece programas y recursos para personas involucradas en relaciones abusivas o que sufren un acto de violencia doméstica.
Según los defensores, la violencia doméstica se puede definir como “un patrón de comportamiento en una relación que se utiliza para ganar o mantener el poder y el control sobre una pareja íntima, un miembro de la familia o un amigo e incluso un conocido”. El abuso puede ser acciones o amenazas físicas, verbales, sexuales, emocionales, económicas o psicológicas que influyen negativamente en la otra persona. Otros comportamientos que puede exhibir un abusador serán: asustar, intimidar, aterrorizar, manipular, herir, humillar, culpar, o herir a alguien física, mental e incluso espiritualmente. La violencia doméstica puede sucederle a cualquier persona de cualquier raza, edad, orientación sexual, clase económica, estatus migratorio, religión o género. Puede sucederle a parejas casadas, que viven juntas o que están saliendo. La violencia doméstica afecta a personas de todos los orígenes socioeconómicos y niveles educativos.
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